Ubicada en el ángulo sureste de la Plaza de Armas, la Compañía de Jesús es el templo más representativo de la arquitectura arequipeña: el llamado “estilo mestizo” que la estudiosa boliviana Teresa Ginsberg, define como “una forma de barroco que se desarrolla en el Virreinato del Perú (…) que consiste en la aplicación de una decoración peculiar a las formas estructurales europeas”. Como muchas de las edificaciones coloniales, sufrió los embates de varios terremotos de tal manera que, si bien su construcción comenzó tempranamente (en 1578), no fue sino hasta 1698 que se inauguró. La Compañía es también símbolo del plateresco en Sudamérica, estilo arquitectónico del Renacimiento español. Este ha quedado plasmado en la elaborada ornamentación del frontón de la iglesia. El retablo o altar mayor es de pan de oro y presenta en el medio un cuadro de la Virgen con el Niño que se le atribuye a Bernardo Bitti. Maravillosa también es la capilla de San Ignacio, por su cúpula decorada. Al lado de La Compañía se ubican dos claustros en los que antiguamente funcionaba el Colegio de Santiago. Estos constituyen uno de los atractivos mayores del Centro Histórico.